A veces y de una forma muy disimulada te quise decir "quédate conmigo", tan sólo con apretar tu
mano. Otras veces te quise decir "no me mires
más que si no me rio", con la boca seria a punto de sonreír. Muchas
veces quise decir nada y otras veces todo. Y si a veces no digo nada y te dejo
hablar, es porque quiero que tampoco digas nada y me des un abrazo. Y si es
necesario que te diga las cosas a gritos, es para que me
calles con un beso, de esos que no puedo respirar más.